Librados a nuestra suerte,
Hasta el clima nos determina,
Hasta el virus que se aloja
En ese diario en esa hoja
Donde esperaba el microorganismo,
Que penetró en nuestra anatomía.
Librados a nuestra suerte
A la intemperie,
Así nos espía la muerte
Detrás de nuestros talones,
Y dándonos bofetones
Sin que acaso sospechemos.
Tan rancia la raza miente
Creyéndonos superados.
Y un día tu cuerpo enfermo
Te recuerda tu cadáver.
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