martes, 17 de marzo de 2015
Guerra en Finebia (Cuento corto) (Parte 1)
Andaba sin nada que hacer, y como tengo de pasatiempo (además de taringa!) escribir, se me ocurrió hacer un boceto. Sin mas preámbulos, os lo dejo.
Grande fue la sorpresa del Senado de la Ciudad de Mikalada cuando se dio a conocer los resultados del Senado Archabiano: habían resuelto acabar con el estándar de poli finebiana, resolvieron una monarquía.
La indignación por aquella decisión tomada por la Ciudad de Archaban no se hizo esperar, en Mikalada se expreso este sentimiento, al igual que en multitud de otras polis finebianas, y era correspondiente: era la primera monarquía en un milenio de democracia en aquel rico continente del Norte.
Como Rey se instauro al ex-senador Dagon, que ostento el titulo de Dagon I
Sin duda alguna la poli mas alarmada de todas en Finebia era la vecina de la rica ciudad de Archaban: la Ciudad de Greygol, limitaba al sur con la ya mencionada poli.
A pesar del creciente poder económico archabiano, Greygol aun tenia un ejercito lo suficientemente poderoso como para batirse en guerra y eliminar fácilmente a su vecino del norte.
Así, el 13 de marzo del 0 D.M.A (Después de Monarquía en Archaban) un pergamino llego a manos de Dagon I, cuando lo recibió en sus manos, sintió la suave textura del pergamino finebiano, lo abrió:
Mientras lo leía se seco el sudor de su frente con la manga de su toga real.
Le habían declarado la guerra...
El y los senadores ya se habían imaginado las consecuencias de la monarquía, pero jamás imaginaron que una poli finebiana llegase al limite de declararles la guerra
Pero eso ya no importaba, ahora debía pensar, en su deber como monarca de aquella creciente ciudad. Como vencer a una de las polis mas poderosas de la región...
Contaba solo con veinte mil hombres disponibles, bien pertrechados, pero no eran nada en comparación con el enemigo.
Eran sesenta mil greygolianos, bastaban y sobraban para barrer a Archaban del mapa, en su corto bicentenario de vida...
Cuéntenme que tal os pareció linces patagónicos, postearé la segunda parte otro día.
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