Fingiste ser débil,
Enfermo,
Aquejado por la inmensa turba,
Y el ignorante pueblo.
Pero eres tan fuerte,
En el coraje de tus versos,
Eres tan valiente
En tus palabras,
Que antes que la flor dormite a tu lado,
Los hados tuvieron que rendirse
Ante tu grandeza de médium lejano,
Entre el universo y los humanos.
Levanto tu nombre desbocado,
Ante los ataques de los necios,
Y evoco tu tinta refulgente
Ante las patrañas del progreso.
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