jueves, 12 de marzo de 2015

The Elder Scrolls - Orígenes Saga (Fanfic) - Capítulo 13


Fanfic basado en la gran saga de Bethesda Softworks


The Elder Scrolls - Orígenes Saga (Fanfic) - Capítulo 13


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fanfic

Capítulo 13


En algún lugar de las montañas Jerall
Skyrim, Provincia imperial
Tirdas 21 de Estrella Vespertina, Año 173 4E


Sunnaran se acercó a Yglar con dos cuencos de estofado.

El muchacho se había auto-recluido en un rincón de la caverna. Tenía completa â??libertadâ?? de movimiento, podía ir donde quisiera en el interior de la cuevaâ?¦ pero escapar de la misma le iba a resultar difícilâ?¦ ya lo había pensado varias veces desde que llegaron, pero había visto como la elfa que llamaban Valarian dejaba a sus dos guardianes sombra en la entrada. Sí, era cierto que ahora no los veía, pero sabía que estaban allí. Había visto bien cuando la elfa les ordeno que permanecieran en la entrada de la cuevaâ?¦ había visto también como se habían fundido con las sombras, desapareciendoâ?¦

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Así que había optado por resignarse a su aparente destinoâ?¦ que lo lleven de un sitio a otro contra su voluntad y con final incierto.

Y como nadie parecía reparar en él había optado por alejarse lo más posible de sus nuevos captores, a los cuales odiaba aún con más fervor que a los primeros.

Su momento de soledad, había durado lo que el elfo tardó en asearse y cambiarse de ropa, ya no vestía los harapos, tenía ahora una túnica negra con protección en los hombros y broches de plata.

Al parecer la cueva era el sitio donde se habían estacionado la avanzadilla Thalmor al cruzar a Skyrim.

Allí había provisiones, armas, armaduras, ropaâ?¦ ¿habrían cruzado con todo eso desde Cyrodiil? ¿O contarían con apoyo entre las gentes de Skyrim?

En su corta e ilusa experiencia, desechó ese pensamiento.

Después de todo, ¿qué Nórdico querría ayudar a los Altmer?

Y mejor pensadoâ?¦ ¿por qué?

La comitiva estaba haciendo buen uso de los recursos. Lo primero que hicieron fue preparar una comida, de la cual ahora disfrutaban. Al menos, aquellos que tenían esas apetencias.

La gárgola parecía petrificada en un rincón y el no-muerto, parecíaâ?¦ esoâ?¦ un no-muerto, parado, quieto, con su mirada perdida en nada en particularâ?¦

El elfo se sentó en una piedra casi enfrentada a él. Le tendió uno de los cuencos.

-Come.- Ordenó.

Yglar lo miró con gesto poco amistoso, por debajo de las cejas. Sus ojos estaban rojos de tanto que había llorado.

-¿No?- dijo el Elfo agitando un poco el cuenco, casi derramando el contenido por los bordes.-Bien, tú te lo pierdesâ?¦ - continuó encogiéndose de hombros.-lo dejaré por aquí, en el sueloâ?¦ es una tontería dejar que se enfríe, así que yo aprovecharé el mío.-

Sunnaran empinó el cuenco y sorbió el líquido, junto con pedazos de carne y vegetales, sin escatimar el acompañamiento sonoro, casi hasta atragantarse.

Por fin, se separó del plato.

-¡Dioooses!- exclamó.-No te das una idea de cuánto hacía que no comía algo tan bueno. La última comida decente me la dieron en la prisión de Ciudad Imperial. En Soledad, la bazofia que servían, gracias si estaba dentro de la categoría de comidaâ?¦-

Volvió a inclinar el cuenco y se acabó lo que quedaba. Incluso tomo con la mano unos pedazos de carne que quedaban en el cuenco y también los comió. Se relamió los dedos, eructó y se limpió la boca con el dorso de la mano.

Luego lanzó una carcajada.

-Si mis tutores de Roca Alta me vieranâ?¦- dijo divertido- Hay muchas cosas que se olvidan al estar demasiado tiempo en prisiónâ?¦- miró el cuenco que había traído para el muchacho.- Casi estoy tentado de pedírtelo. Pero debes comer, aún nos queda un largo camino por delante.-

Se inclinó y, tomó el cuenco con el estofado y se lo tendió.

-Anda, come.-

The Elder Scrolls - Orígenes Saga (Fanfic) - Capítulo 13


Yglar le pegó un manotazo al cuenco, haciendo que este volara y desparramara el estofado en el piso y contra una pared cercana.

-Eso no fue muy amable de tu parte.- le reprochó el elfo, casi lamentándose, sin dejar de mirar el estofado derramado - ¿hay algo en particular que te moleste?-

-¿Que van a hacer conmigo? ¿Porque me tienen prisionero?-

-¿Prisionero?- exclamó, mirándolo con gesto confundido.- ¡Estas equivocado! ¿Acaso ves ataduras en tus manos o grilletes en tus pies? ¿Acaso dejé a alguien vigilándote todo el tiempo?-

-Ni falta hace, vi como dejaron a las cosas sombras en la entrada, no soy ciego.-

-Sin duda que no, niño. Esas â??cosasâ?? como le dices, están allí, no para evitar que alguien salga, sino más bien, para evitar que algún invitado no deseado se arrime a saludarâ?¦ y tú tuviste suerteâ?¦ si te hubiese dejado atado a los árboles, habrías muerto. Yo te salvé.-

-¡Qué suerte tengo!- ironizó.

-Suerteâ?¦ siii- dijo arrastrando las letras.- algo de eso hayâ?¦ debo admitirlo, desde que te subieron a la misma carreta que yo nuestros destinos se cruzaron. Y no lo digo al nivel que los dos nos encontramos en la misma carreta. No. Lo percibí a un nivelâ?¦ â??superiorâ??. Incluso antes de verte con mis ojos. Tu aura tenía algo que la ponía en sintonía con la mía. Sí, sí, no me mires así. ¿No lo crees? Es un â??donâ??, puedo percibir aquellos que nacieron bajo la misma constelación guardiana que yoâ?¦ a aquellos que nacieron bajo la Serpienteâ?¦- el elfo hizo una pausa y sopesó la reacción de su callado interlocutor.- Aaah, veo que no me equivoquéâ?¦ ¿alguna vez escuchaste lo que dicen sobre los que son como nosotros?-

Yglar recordó palabras de su padre, sobre las bendiciones y la suerte que caían sobre los nacidos bajo la serpiente. Palabras de deseo sin duda, ahora lo entendía. Porque también recordaba lo que Merreck le había dicho una vez, cuando en una pelea de niños discutían sobre cual tenía la mejor constelación guardiana.

â??Prefiero el mío- había dicho su primo- el Corcel me dará solo velocidad pero no tengo que estar temiendo que las bendiciones se transformen en maldicionesâ?¦â??

-Los que nacemos bajo el signo de la serpiente, podemos ser los más benditos oâ?¦ los más malditosâ?¦- dijo lentamente el muchacho.

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-Sí, palabras másâ?¦ palabras menos, eso es lo que dicen.- dijo mientras se encogía de hombros.- Yo tengo una interpretación un tanto diferente. Para mí, estamos destinados a hacer grandes cosasâ?¦ las cuales pueden salir realmente bienâ?¦. o terriblemente mal. Sin medias tintas. U obtenemos lo que queremos o la cagamos sin remedio. Pero, ojo, sin que tenga que ver en esto, ni los divinos, ni los lores daedra, ni nadaâ?¦. Solo nosotros y nuestras accionesâ?¦-

El elfo notó que realmente había captado la atención del muchachoâ?¦

-Sabes, debes tomar todo lo que puedas de este mundoâ?¦ sino, él tomara todo lo que pueda de ti, como lo hizo con tu padre, Yglar-

Al escuchar la mención sobre su padre, su mirada se volvió hosca de nuevo. Y más aún, sus defensas parecieron reactivarse cuando su nombre abandonó la boca del elfo. Fue como si de pronto recordara con quien estaba hablando.

-¿Y tú qué sabes? Preguntó casi escupiendo las palabras.

-Bueno, venía encapuchado y amordazado, pero escuché bien, todo lo que el soldado te contó. Lo del â??valienteâ?? sacrificio de tu padreâ?¦ muy conveniente que haya sido para salvar su vidaâ?¦ la vida del hombre que lo alejó de tu madre y de tíâ?¦ no, no me malentiendas, no pongo en duda la valentía de tu padre, después de todo era un Nórdico. ¿Pero del Imperio?- escupió a un lado al nombrarlo- Del imperio y de sus miembros solo puedes esperar mentiras.-

-Y de los elfos no, ¿verdad?-

-Ah! Eres perspicazâ?¦- dijo sonriendo.- De todo ser con capacidad de habla, debes esperar mentiras. La â??verdadâ?? es algo muy personal. Cada individuo tiene unaâ?¦ lo que hace que a menudo me pregunte ¿cómo algo que todos tienen se vuelve tan preciado?â?¦ en fin, a veces, grandes grupos creen tener la verdad y se convencen de esto escudándose en el número. Eso es peligrosoâ?¦ realmente peligroso. Porque muchas veces, esos grupos, aceptan la verdad de uno solo, por lo general su líder, y asumen esa verdad como suya. Y cuando alguien les hace ver su error, se aterran ante la perspectiva de estar equivocados y optan por imponer â??su verdadâ??, eliminando toda oposiciónâ?¦. Hace mucho tiempo paso algo asíâ?¦ ¿sabías que los Nórdicos, los Altmer y los Ayleids pelearon codo a codo?-

-Los Nórdicos nunca pelearían junto a los elfos- dijo Yglar con decisión-Ambos se odian.-

-Sí, es posibleâ?¦ pero en ese momento odiaban mucho más a la Orden Alessiana, ya sabes, el enemigo de mi enemigoâ?¦ bla, blaâ?¦ Imagínate que el nombre del Alto rey de Skyrim que auxilio a los elfos era Hoag Merkillerâ?¦-

-Mata-elfosâ?¦- dijo Yglar casi en un susurro.

-Sí, tal era su apodoâ?¦ me pregunto que habrán pensado los Elfos al verlo aparecer en los campos de Glenumbraâ?¦ me refiero al soldado raso, porque seguramente Aidan Direnni, el líder de los Altmer de Roca Alta y Laloriaran Dynar, Rey Ayleid de Nenalata y antepasado mío de sangre, ya sabían de esto. -Sunnaran pareció perderse en sus pensamientos, pero solo unos segundos.- La cuestión es que para cuando la batalla había terminado, el Alto rey de Skyrim yacía sin vida en el campo y el clan Direnni, así como los Ayleids, quedaron bastante debilitados, pero lo más importante la â??Ordenâ?? empezó el certero camino a su destrucción. ¡Y eso fue bueno porque en verdad que eran unos putos fanáticos!-

-¿Y cómoâ?¦ y como sabes tantas cosas?- preguntó con recelo el muchacho.

-¿Qué, crees que estuve ahí?- Sunnaran emitió una sonora carcajada. Algunos de los soldados Thalmor dejaron de hacer lo que los ocupaba y lo miraron, solo para perder el interés inmediatamente y volver a lo que hacían.

-No soy tan viejo.- continuó recuperándose de la carcajada.- Esos hechos acontecieron en la primera era. Pero mis tutores se encargaron muy bien que los aprenda. Eso, y lo viles que son los humanos que nos quitaron nuestras tierras y nuestro poder. Algunos incluso aventuraban que mi padre, con ayuda de los Direnni recuperaría lo que nos pertenecíaâ?¦. Pero ni los Direnni eran los de los tiempos de Aiden, ni mi padre era Laloriaranâ?¦- El rostro de Sunnaran se ensombreció al mencionar esto pero enseguida sonrió y continuo su relato.-Pero hubo uno, un Dunmer exiliado en Roca Alta tras huir de su tierra que tenía una visión un tanto diferente de las cosasâ?¦ Un día me preguntó si yo creía todo lo que mis tutores me enseñaban, incluido él. Yo con sinceridad, le respondí que sí. Se limitó a sonreír y me pregunto ¿Por qué? No le respondí. No sabía que responderle. Eran mis tutores, ¿porque no iba a creerles?â?¦ o profundizando un pocoâ?¦ ¿porque iban a mentirme? Le dije eso. Me contestó que, en primer lugar no responda con una pregunta y en segundo que él no me había preguntado sobre ellos, si no sobre mí. Después repitió la pregunta. Solo me limité a mirarlo, confundido. Suspiró y cambio su pregunta ¿si te digo que el cielo es azul, me crees? ¿Por qué?-

Sunnaran guardo silencio transportando la pregunta de su tutor a Yglar. Este lo miró unos segundos antes de darse cuenta que la pregunta era para él.

-Porque lo he visto.- le contestó por fin.

Sunnaran sonrió.

-Esa fue mi respuesta también. Ã?l se limitó a asentir y no dijo más. Pero fue suficiente para hacerme ver las cosas un tanto diferentes. Desde ese día solo confío en lo que veo y en aquellos que se ganan mi confianza con hechos, no con palabras. Y tú, tu deberías hacer lo mismo.-

-Lo hago...- contesto Yglar desafiante.-y no veo ningún amigo en quien confiar.-

-Es cuestión de tiempo.- afirmo Sunnaran encogiéndose de hombros.- Y tiempo es lo que nos sobra. Al menos hasta la noche, cuando nos vayamos de aquí. Y luego hasta que el destino decida separarnos ¿no crees?-

El elfo lo miró a los ojos, Yglar mantuvo la mirada hasta que percibió el movimiento detrás de Sunnaran. Este se percató del desvío en la mirada de Yglar y se volteó. Valarian estaba parada a escasos centímetros.

-¿Podemos intercambiar unas palabras hermano? En privado.- dijo aun sin expresión en la voz y mirando fijamente a Yglar.

-Por supuesto- le respondió poniéndose de pie.- Te recomiendo que dejes de lado tu orgullo y busques algo de estofado antes que se acabe, Yglar.- Y sin esperar replica se alejó junto a su hermana.

Valarian lo guió hasta una cavidad natural, que funcionaba a modo de sala apartada del cuerpo principal de la caverna. Se acercó a una mesa sobre la que había un pequeño cofre.
Se quitó una llave que llevaba al cuello y lo abrió. Con cuidado, extrajo unas muñequeras y un colgante, ambos incrustados con piedras de color aguamarina. Se los ofreció a su hermano.

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-¿De dóndeâ?¦- Sunnaran los miró asombrado.- De donde los sacaste? Pensé que no quedaba ningunoâ?¦ ¿Cómoâ?¦?-

-No quedanâ?¦ los creé. Y no creo que pueda repetir el proceso. Ahora estos son los últimosâ?¦ y te pertenecen. Con ellos recuperarás pleno control de tus habilidades, pudiendo canalizar Magicka a tu antojo.-

Sunnaran miró las piedras y luego a su hermana, con una mirada de agradecimiento infinito. No esperaba encontrar emoción alguna en su rostro pero en su ojos percibió algoâ?¦

Extendió la mano y le acarició el rostro. La comisura de su boca se torció de manera casi imperceptible. Sunnaran la miró con ternura.

-Lamento mucho que hayas tenido que pasar por esto. Te prometo que haremos todo lo posible para que vuelvas a ser como eras.-

-Sabes que eso no es posible. Para ninguno de los dos. Pero tampoco hay necesidad de empeorarloâ?¦-

-¿A qué te refieres?- dijo el extrañado.

-El chico.-

-¿Que hay con él?-

-¿Porque lo trajiste?-

Sunnaran vaciló. Apartó la vista de su hermana. Observo el suelo unos minutos. Por fin habló.

-¿Crees en el destino, Val?-

Su hermana tardó unos momentos en contestar.

-El único destino que nos espera a todos con seguridad, es la muerte. El resto no es destino. Es acción y reacción.-

-Sí,- dijo agitando levemente la cabeza- así pensaba yo hermanita, peroâ?¦ - sacó de entre su ropaje los diarios que le había quitado a Casio.- ¿Recuerdas mis investigaciones? Sea quien sea a quien le encomendaron el estudio de mis notas, se tomó la libertad de realizar sus anotaciones en mi diario. Ha rellenado concienzudamente los huecos que faltaban. Con estoâ?¦ con esto al fin podremos llevar adelante nuestro plan con éxito. Aquí está todo. Lo que sabíamos, sobre el ritual que usaron durante la crisis de Oblivion para crear un portal a Gaiar Alata, el pseudo paraíso que había creado Mankar Camoran y másâ?¦ Tal como él nos dijo -

Valarian sintió como un frio recorrió su espalda. Pero su rostro permaneció imperturbable contra su voluntad.

-¿Estás seguro que podemos confiar en él?-

-Sabes que no confió en nadieâ?¦ es por eso que necesito al chico. El destino lo puso en nuestro caminoâ?¦ si las cosas se descontrolan, el será la variante que nadie espera. El será lo único que podrá impedir que caigamos en Oblivion por el resto de la eternidad.-



Fin del capítulo 13.



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